Hematólogo y Médico Internista en Chihuahua

La hematología es la rama de la medicina que se ocupa del estudio de la sangre, los órganos que la producen (como la médula ósea) y los trastornos que afectan a estos sistemas. Esto incluye enfermedades como anemia, leucemia, linfoma y trastornos de la coagulación.

Las pruebas comunes incluyen hemogramas completos, pruebas de coagulación (como el tiempo de protrombina y el tiempo de tromboplastina parcial), estudios de médula ósea y pruebas de función plaquetaria. Estas pruebas ayudan a diagnosticar y monitorear trastornos sanguíneos.

Deberías considerar una consulta con un hematólogo si tienes síntomas persistentes como fatiga extrema, moretones fáciles, sangrado excesivo o sin causa aparente, o si te han diagnosticado un trastorno hematológico en pruebas de rutina.

Un hemograma completo es una prueba de sangre que mide varios componentes: glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y hemoglobina. Ayuda a identificar anemia, infecciones, trastornos de la coagulación y otros problemas relacionados con la sangre.

La anemia es una condición en la que no hay suficientes glóbulos rojos saludables para transportar oxígeno al cuerpo. Las causas comunes incluyen deficiencia de hierro, deficiencia de vitamina B12, hemorragias crónicas, y trastornos de la médula ósea.

Los trastornos de la coagulación son condiciones en las que la sangre no se coagula adecuadamente, lo que puede llevar a sangrados excesivos o formación de coágulos peligrosos. Se diagnostican mediante pruebas específicas como el tiempo de protrombina, el tiempo de tromboplastina parcial y otros estudios de coagulación. .

El tratamiento varía según el trastorno específico. Puede incluir medicamentos, transfusiones de sangre, terapias con agentes específicos, o en algunos casos, procedimientos más invasivos como la quimioterapia o trasplante de médula ósea.

Un trasplante de médula ósea es un procedimiento para reemplazar células sanguíneas dañadas o destruidas por células sanas. Se considera en casos de leucemia, linfoma, mieloma múltiple y otras enfermedades hematológicas graves que no responden a otros tratamientos.

Los tratamientos pueden tener varios efectos secundarios, como fatiga, pérdida de apetito, aumento del riesgo de infecciones, y problemas con la coagulación. Los efectos varían según el tratamiento específico y la respuesta individual del paciente.

El seguimiento suele incluir visitas regulares al hematólogo, análisis de sangre periódicos para monitorear la respuesta al tratamiento y detectar posibles recaídas, y evaluaciones para manejar y minimizar efectos secundarios. La frecuencia y tipo de seguimiento dependen del trastorno y del tratamiento recibido..